sábado, 27 de septiembre de 2008

DE CONVIVENCIA Y OTRAS CONDENAS

He pasado por tantos naufragios
como nombres de mujer llevo tatuados en mi espalda.

No puedo vivir con alguien que quiere cambiarme
sin que se me note el as que llevo en la manga.

Cuando te decía que no estabas,
tu me llamabas enfermo.

No quise morir de celos
sin que antes me contases la verdad,
en los tiempos en que no te entregabas
y tus besos sabían a nada.

La convivencia es el destierro
de los inseguros de alma
y carentes de corazón.

No supiste entender
que necesitaba echarte de menos
para poder hacer las cosas bien.

Tu forma de mirarme cambió,
dejé de aparecer en tus sueños
y te despertaste de golpe.

La convivencia de los demás,
es para los demás.

El día que me muera,
de algún modo te encontraré
para pellizcarte en la mejilla
y recordarte que aún nos quedan
cosas por hacer en el mas allá.

Vive por los demás y tendrás abrigo;
Vive por ti y recordarás quien eres.

La vida es el agua,
la muerte es el fuego;
El amor es el ruido
de una radio mal sintonizada.

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