martes, 23 de septiembre de 2008

ARIES

Sáname, olvídame y no me preguntes donde iré mañana.

Tan solo un par de decepciones nos distancian.

Te encuentras en un lugar a medio camino entre la seda

y el metal mas duro.

Extraña belleza, mundana lujuria,

en un lugar donde el tiempo pasa tan deprisa,

agarremos nuestras manos y demos un paso al frente.

Aries, enciéndeme los ojos que quiero ver mejor.

Separemos nuestras mentes, ya que

dos corazones del mismo tamaño laten mas fuerte al estar juntos.

Cógeme de la mano y dime adiós con la mirada,

que un beso en la frente no es poca cosa.

Dos almas que se duelen del mismo modo

no deben lamerse las heridas;

También me marcharía si no quisiera quedarme.

Renuncié a lo aprendido, llegué con mis dedos

cargados de tinta y dispuesto a salvar mi alma;

A cambió, me llevé tus miserias cargadas en la mochila.

Es mucho mas lo que me llevo,

el revolcón de nuestras almas,

que un buen rato de vulgaridad.

Cuando tus raíces quieras encontrar,

sé que habrá un lugar donde podamos llorar juntos.

Ahora, búscate un lugar donde los discos

suenen huecos y me oigas hablar;

Quizás un día, cuando menos lo esperes,

te des la vuelta y esté yo detrás.

No me des la inspiración que no te haya pedido,

ni me lo indiques por carta cuando te hayas rendido;

Siéntelo cuando haya sucedido.

No se puede frenar lo irremediable,

Solo espero que uno de los dos quede con vida

y pronuncie las palabras nunca dichas.

Niégame el pasado cuando te lo haya preguntado.

3 comentarios:

Marta Sánchez Mora dijo...

gracias por tu comentario...espero que sigas escribiendo tan bien como lo haces...No lo dejes!!!
Un abrazo

Marta

Anónimo dijo...

Gran texto tio, me ha echo reflexionar. Pasaré a menudo por tu blog!

Gerard

Anónimo dijo...

Muy profundo si señor, no conocia esta faceta tuya, sigue asi que a qui tienes a otro lector!!